
Los clientes pueden hacer compras y pagar con la misma moneda que utilizan habitualmente en su lugar de residencia, aplicando a las transacciones una tasa de cambio determinada. El justificante de compra, impreso o digital, también presenta los mismos datos detallados, en la divisa que suele utilizar el cliente, para eliminar posibles ambigüedades.
Los datos de la conversión entre divisas se indican con claridad en el mismo instante, para que los clientes no tengan que esperar a recibir la facturación para revisar el comprobante de la transacción.